Mi búsqueda IX: Susto tras susto

Entramos en la consulta y estaba la Dra. P.I., la misma que me hizo el legrado, le expliqué que estaba sangrando y enseguida me hizo la eco, nos giró el ecógrafo hacia nosotros y pude ver el latido, nos explicó que no nos ponía el doppler porque en embriones tan pequeños no le gustaba hacerlo.

Estaba todo bien, desde ese momento me relajé y supe que esta vez iba a ser distinto.

La Dra. insistió en que hiciera reposo de todos modos, ya que el sangrado podía ser una amenaza de aborto, que si cesaba, en unos días vida normal y no volviera hasta el día de la cita para la eco del primer trimestre.

La cita para esa eco la tenía el veintiséis de Junio para entonces estaba de 10+2, cuando entramos ví que estaba el Dr. L. que me atendió cuando fui con el sangrado en el primer aborto, nos dijo que estaba de muy poco tiempo para ver lo que necesitaba del primer trimestre, pero que de todos modos me hacia la eco.
La eco era abdominal, empezó con el aparato dale  que te pego apretándome un montón, se vio como mi chiquitín se daba la vuelta supongo que de los meneos que le estaba dando, y se dispuso a medirlo, cuando lo hizo nos dice que media como una semana menos, que era preocupante de tan poco tiempo, que igual sangraba y lo perdía.

Sí, tal cual nos lo soltó, así que os podéis imaginar lo que sentimos.

Le dijo a la enfermera que nos diera cita para unas dos o tres semanas después por si todo iba bien, y que en esa cita me harían el triple screening (consiste en un análisis de sangre que da una estimación de la probabilidad de que el feto esté afectado por síndrome de Down u otros síndromes, más información aquí), yo le expliqué que habíamos decidido no hacerlo, pero él me dijo que era obligatorio, que me lo tenía que hacer, y más con los datos que había visto en la eco.

Así que nos fuimos a casa con muy mal sabor de boca y agobiados, esa misma tarde llamé por teléfono a mi ginecóloga y hablé con ella, le expliqué lo que nos habían dicho en el hospital y que quería una segunda opinión.

Nos dijo que nos tranquilizáramos, que mejor me daba la cita para cuando estuviera de doce semanas y así podía hacerme la eco del primer trimestre completa, así que nos dio cita para el siete de Julio.

Esas dos semanas se me hicieron eternas, no veíamos el momento de ir para ver si estaba todo bien, aunque algo dentro de mí me decía que me tranquilizara, que todo iba a salir bien.