Infección e orina en bebés II

Hace unas semanas os contaba mi experiencia con as infecciones de orina en bebés.

Os dije que empezaron con el estudio de las infecciones repetitivas que tuvo G.

Lo primero que hizo el pediatra fue hacerle una analítica de sangre, por aquel entonces mi pequeñín solo tenía solo 4 meses, aquí no hay hospital pediátrico, hay un ala de pediatría en el hospital y un enfermero pediátrico en el centro de salud, y no es que estén muy acostumbrados a sacarle sangre a los niños tan pequeños en el centro de salud, porque además si vas a pediatría en el hospital para esto, parecen que te están haciendo un favor…

Pues bien fue uno de los ratos mas desagradables de mi vida, o al menos hasta ese momento, le pincharon como cinco veces y le urgaban, el pobre no paraba de llorar, y después de un rato por fin pudieron coger suficiente muestra para la analítica.

De ahí nos mandaron a la uróloga pediátrica, ella nos explicó que esas pruebas eran necesarias porque al ser tan pequeño y haber tenido repetidas infecciones, que había que estudiar los riñones para ver si se habían visto afectados o no.

Le hicieron una eco de la vejiga, que no hubo mucho problema, pues me tumbé al lado y hablándole se quedó tranquilo, también le mandó un CUMS (Cistouretrografía Miccional Seriada), es una prueba en la que mediante una sonda le introducen un fluido a la vejiga y mediante radiografias valoran el paso de la vejiga a la uretra para diagnosticar si hay algún tipo de reflujo, y como aquí se creen que le pueden meter mano a todo, me dieron la cita para este hospital, si yo pensé que el día de la analítica era el peor rato de mi vida, es que ni se me podía pasar por la cabeza lo que venía.

El día de la cita, cuando lo llamaron, solo me dejaron pasar a mí, a papá no, me hicieron quitarle la ropita, y el mismo técnico de rayos con dos enfermeras se pusieron manos a la obra para sondarlo, no se olvidará jamás los llantos de mi hijo, la carita de desesperación…

Decían que no podían por la fimosis, que si le hacía una curvatura…, y yo solo le preguntaba que si era necesario, que no aguantaba más verlo así.

Después de un rato lo dejaron y me dijeron que fuera a la uróloga y que me mandara la cita para Málaga, ya me la podían haber dado desde un principio y nos hubiéramos ahorrado mucho sufrimiento.

G. estuvo dos o tres días que cada vez que hacía pipí le salia sangre y lloraba horrores, no quiero ni pensar lo que le tuvo que doler lo que le hicieron.

Para el CUMS teníamos que darle unos días antibióticos, y como nos pidieron la cita para Málaga y no sabían cuanto iba a tardar, pues nos tuvieron un mes y medio(que es lo que tardó la cita) dándole antibióticos tooooodos los días, y aquí una que los antibióticos no le gustan ni un pelo, y menos en niños tan pequeños.

Y llegó el día de la cita, lo primero fue que nos enteramos que solo era necesario darle los antibióticos durante tres días, el día de antes, el de la prueba y el de después (valiente inútiles los de aquí….).

El sondaje estupendo, ni se enteró con lo nerviosa que yo iba, lo peor es que le ataron las manitas para que no se moviera, pudimos estar papá y yo con él todo el tiempo, lo peor fue que como tenían que esperar a que orinara, el técnico el muy capullo hijode su madre por no decir otra cosa, le echó una botella de agua en cima de la barriguita «para acelerar».

Toda una experiencia la dichosa prueba, y aún nos quedaban algunas por el camino…