Papá, mamá, no me dejéis solo

La etapa de las rabietas es una de las más complicadas de manejar para los padres.

Cuando somos primerizos vamos cogiendo consejos de aquí y de allí para ver cual nos viene mejor para pasarla lo mejor posible, pero la pregunta es ¿lo mejor posible para nuestros hijos, o lo mejor posible para nosotros?.

En esta etapa los niños comienzan a tener sus propias ideas y deseos, a veces estos deseos no coinciden con los nuestros, o no llegamos a entender el porqué de lo que quieren, al llevarles la contraria o al no saber comunicar porqué lo quieren, los niños estallan emocionalmente, no porque sea un capricho para el niño, sino porque para él es una razón muy importante. En ese momento el niño no comprende porque sus padres no lo entienden y se enfada.

Las rabietas es un grito del niño pidiendo que su padres lo acepten, que lo validen como persona basándose en el amor.

Esta etapa es muy necesaria en la vida de un niño, porque aprenden a defender sus ideas, y eso hace que en un futuro sean adultos más seguros y con ideas propias.

Normalmente,la mayoría de los padres hacen todo lo contrario,  rechazan al niño y lo dejan llorar a solas.

Precisamente esta tarde en el parque he vivido un episodio, no con mis hijos, sino con una niña de 28 meses con la que he coincidido varias veces.
Estaba montada en un balancín con otro niño , su padre la sujetaba, y mi hijo se subió en medio para saltar, la niña empezó a llorar diciéndole al padre que no quería que se montara ahí. El padre la bajó y la niña empezó a llorar desconsolada, pues bien el padre se fue a pasear por el parque y la pobre tirada en el suelo llorando, nos acercamos la peque y yo, e intenté hablar con ella, pero lo que hacía era buscar al padre con la mirada, pues estuvo así como 10- 15 minutos, el padre se acercaba de vez en cuando pero ni le hablaba, y la pobre le miraba como diciéndole que le necesitaba, los comentarios de las madres que estaban cerca eran del tipo: lo mejor es ignorarlos porque si les hablas o te acercas se ponen peor. Obviamente al final se le pasó.

Que más le hubiera dado a ese padre abrazar a su hija, escucharla y validarla.

Se que no es fácil, a mi a veces me pasa, estamos estresados, acelerados y escucharlos así lo empeora, pero tenemos que hacer un esfuerzo por ellos, porque nos necesitan.

Hace un año más o menos, G. estuvo una temporada que venía todos los días enfadado del cole pero no me decía el porqué, hasta que un día al llegar a casa explotó, al principio no dejaba que me acercara, pero poco a poco fue dejándome un poco más, hasta que le dije que quería abrazarlo, y su respuesta fue, mamá eso es lo que quería, y pude hablar con él y me explicó lo que pasaba.

También hay que tener en cuenta que muchas rabietas se pueden evitar, para los niños todo lo que piden es importante, lo que tenemos que ver los padres es si verdaderamente merece la pena pelear por algo o no, con esto no quiero decir que le demos todo lo que piden, sino que nos replanteemos las cosas, como ponerle el vestido que le gusta en vez de otro.

Hace un par de semanas tuvimos una comunión, le habían regalado a la peque un vestido muy bonito,de mi estilo más hippie, pues cuando se lo puse me dijo, mamá no usta quita, y yo…cariño que es muy bonito, mira que flores…, y ella mamá quita. pues bien mis opciones era o llevarla llorando con ese vestido o improvisar y ponerle otro que le gustara, y opté por la segunda opción. A veces no merece la pena pelear.

El problema es que todo el mundo opina, si ven a un niño con una pataleta en medio de la calle lo que piensan es que que consentido está el niño y que le den un guantazo sus padres para que se le quite la tontería(a mi me lo han dicho), nadie se para a pensar realmente lo que le pasa a ese niño, todo porque queremos que sean mini adultos, que obedezcan y que mientras antes aprendan mejor.

No nos damos cuenta que la maldad siempre la ponemos los adultos, que si los miráramos con ojos de niño todo sería más fácil, seríamos capaces de comprender y no juzgar.

Que no queramos crear adultos que obedezcan ciegamente, que formemos adultos capaces de defender sus ideas y a personas seguras de sí mismas.

Por eso papá, mamá no me dejéis solo en esos momentos, sino quédate cerquita mío que es donde te necesito.

Esta entrada fue publicada en Mi maternidad. Guarda el enlace permanente.

12 respuestas a Papá, mamá, no me dejéis solo

  1. sonia bs dijo:

    Tienes razón, la etapa de las rabietas es muy difícil tanto para los noostros como para los niños. Pero hay que estar con ellos, respetar sus ritmos y por supuesto acompañarlos. Yo jamás lo dejaría solo. Me parece una salvajada.
    Muakkk

    Me gusta

  2. Mamá Pata dijo:

    Que razón tienes! Yo creo que la gente no diferencia entre educar y adiestrar! Y lo malo es que la mayoria prefieren adiestrar a sus hijos para que se comporten como ellos desean, sin tener en cuenta las preferencias de los niños.
    A mi también me han dicho muchas veces que la consiento, que para que le doy tantas explicaciones, que se tiene que acostumbrar a hacer lo que yo diga! Ays, cuantas cosas tienen que cambiar en la sociedad!
    Es muy importante lo que dices de decidir las batallas en las que queremos pelear, yo tengo muy claro que dejar que en algunas se salgan con la suya es beneficioso, no deja de ser un aprendizaje!
    Voy a compartir tu post en la fan page de mi blog vale! Muaks!

    Me gusta

  3. Mamá Jumbo dijo:

    No te puedes imaginar lo mal que lo pasé viendo a esa niña…

    Me gusta

  4. Mamá Jumbo dijo:

    Sí, además para ir cambiando la sociedad hay que partir de la base, que son nuestros hijos.
    Gracias por compartir.Besos

    Me gusta

  5. Yo llegué a la conclusión de que lo mejor era abrazarle hasta que se le pasara e intentar tranquilizarlo, porque además pueden llegar a hacerse daño en medio de la pataleta. Etapa difícil, ahora se me aproxima con el peque, a ver que tal…

    Me gusta

  6. Mamá Jumbo dijo:

    Mi peque ya anda ahí, e intento librar solo las batallas necesarias.
    Ánimo.

    Me gusta

  7. La etapa de las rabietas es complicada, aunque con algunos niños más que con otros, y ahí estamos… en nuestro caso muchas veces se pueden evitar, así que hago lo posible para que no se produzcan, porque Iris tiene un caracter que una vez empieza ufff es dificil de tranquilizar…

    Me gusta

  8. Tienes toda la razón, esas situaciones como la que describes de la niña me parten el alma. UNMF no es mucho de rabiertas pero lo que siempre intento es hablar con él si quiere, abrazarle si me deja…y escucharle y sobre todo respetarle.

    Y es lo que tu dices, a nosotros nos funciona muy bien el evitar, valorar si realmente merece la pena.

    Me gusta

  9. Mamá Jumbo dijo:

    Lo mismo me pasa a mí con la peque…

    Me gusta

  10. Mamá Jumbo dijo:

    Sí, además el padre de la niña intentaba justificarse con las otras madres diciendo es que si me acerco se pone peor…No sé a ti, pero a mi se me hace muy difícil a veces no entrometerme en estas cosas.

    Me gusta

  11. Difícil!!?? a mí a veces me resulta imposible, tanto que al final me he metido y claro salgo escaldada…

    Ayer mismo, lo he comentado en facebook y g+ tuve que oir como un padre le decía a su niña de 2 años que o se sentaba o la inflaba a palos…pues me tuve que morder la lengua…

    Me gusta

  12. Mamá D dijo:

    Cuanta razón, qué tiene que opinar la gente, si no sabe ni de qué va la rabieta.
    Con mi bebé de 5 meses tuve que aguantar a señoras que cuando estaba llorando por hambre, sueño o cógeme en la mochila, (cualquier motivo a esas edad).
    Decían a mi paso: ¡Pobrecito lo lleva desconsolado!
    Como si yo fuera mala madre porque el niño llorase….
    Muy buen post. Te he añadido a mi blogroll. Ya nos leemos quepiensanlasmamasd.blogspot.com

    Me gusta

Deja un comentario